miércoles, 14 de abril de 2010

Pesadilla.


Un día soñé algo extraño; soñé que todos siempre sonreían. Soñé que todo era luz. Soñé que no existía la noche, siempre era día y la gente podía descansar a la sombra de un árbol... sólo que en sí, no había sombra. Soñé que todo era claro, todo era felicidad. Soñé que toda la gente se decía te quiero, todos se trataban bien y nunca se equivocaban en nada. Yo observaba, compartía... y decía: que perfecto. Pero fue pasando el tiempo y diversas cosas, y comencé a decir que aborrecía ese sueño. Quería despertar.

No hay comentarios: