martes, 3 de agosto de 2010


Aquella vez iba caminando y me topé con un cartel anunciando la función de un Circo. Yo tenía entendido que ése circo tenía varias estrellas y me interesó ir a verlo. Me dirigí a él, entré y me instalé en uno de los asientos y me dediqué a ver la maravillosa función. Eran números fantásticos ¡Llenos de alegría y talento! Hasta que vino el último número, todo lo anterior había sido espectacular pero aquél me gustó mucho más que todos los anteriores, sentí que me transmitía alegría.
Salí muy contenta, radiante, esperando poder ver nuevamente esa función.

Tiempo después, en otro sitio, volví a encontrar el cartel y muy contenta me dirigí a comprar la entrada para ver tal maravilloso espectáculo. Cuando entré, escuché varios comentarios de que el número final que hace un tiempo me había maravillado ya no estaba... pensé que no importaría, aunque por ese número era que volvía.
El espectáculo fue hermoso, pero definitivamente no era lo mismo sin aquél.


y es que estar con todos
no es lo mismo si no estás tú.

No hay comentarios: