miércoles, 3 de marzo de 2010

Desgracia&Bendición


Realmente fue terrible todo. Pensar que la vida cambia tan rápido, en tan solo unos minutos. La angustia que sentía por no saber de nadie, por pensar en quienes estaban por allá, en cómo habría quedado todo me mataba... sólo agradecía el estar bien, junto a mi familia y el que cuando nos lográbamos comunicar con alguien estaban todos bien. No sé cómo pasó el tiempo en esos días, sólo se que era todo igual, el día era como la noche, y simplemente pasaba pegada a la radio escuchando si habían o no noticias de Pelluhue, de Chanco o de ésos sectores.
Quizás para algunos suene tonto, pero qué más da; Sabía que estaban bien por el sueño que había tenido. Él resultaba ileso de todo el desastre, lo que me daba una seguridad muy grande! Pero nada me quitaba la angustia de no saber, de no escucharlo... después de todo la realidad que él estaba viviendo allá era muy diferente a ésta.

Y yo aquí, no podía hacer nada más que esperar.

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