Cuando entre a la universidad, no
sabía qué me esperaría. A diferencia de la gran mayoría de mis compañeros, yo
no sabía sobre la carrera, sobre la malla, prácticamente nada. A medida que
tuve el encuentro con cada ramo, la carrera me fue gustando más, me fui
entusiasmando más y enamorando más de lo que iba descubriendo sobre la Terapia
Ocupacional. Y llegó el momento en que me encontré con este ramo. Estrategias
de Intervención y Terapia Ocupacional I, ex creatividad. En la simple presentación
del ramo, me encantó.
Dejar el razonamiento, permitir
el fluir de la creatividad, el seguir los instintos, no reprimir los deseos,
soltar el cuerpo, escuchar los sonidos, sentir el silencio, manejo del cuerpo,
sentimiento corporal, expresión de
sentimientos y emociones... tantas cosas distintas en cada clase, lecciones que
para la formación de un terapeuta y para mí, son muy importantes.

Todas estas clases,
actividades... desarrollaron distintas capacidades y habilidades. Como futuros
terapeutas debemos ser capaces de crear e imaginar sin límites, de sentir, de
callar, de oír, para que en todo momento, podamos obtener soluciones,
tratamientos, ayudas o lo que sea que necesite el usuario que requiere de la
atención, para que sea en el momento y sea efectiva. Para ello tenemos que
poner todo de nosotros, para que las cosas funcionen bien, al igual que en el
aula Brígida Flores, la cual quedó y quedará llena de historias y sentimientos.
La creatividad es necesaria en nosotros, es
necesaria para desarrollar estrategias de intervención
que beneficien el
bienestar de cada usuario de Terapia Ocupacional.
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