Un blog; lugar donde la gente
escribe sus pensamientos, sus sentimientos, críticas sociales, políticas,
recetas de cocina, sueños, ficción, tantas cosas. Todo lo que se les pueda
ocurrir y más, está presente en al menos un blog de internet. Cuando en la
primera clase el profesor nos contó que haríamos un blog y que deberíamos
escribir lo que sucediera cada jueves, en cada clase, lo que sintiéramos, lo
que pensábamos, me emocioné, una llamita se encendió dentro de mí y despertó un
sentimiento que estaba dormido dentro. ¿Hace cuánto no escribo en mi blog? La
última vez que había escrito fue sobre mí, pero lo anterior a éso fue un
trabajo de inglés. "Ha pasado mucho tiempo".
Llegó ése día, el día de la
creación del Blog. Yo no quería crear uno nuevo, tenía uno viejo que me había
acompañado muchos años y quería revivirlo, no quería crear otro... él es el que
ha almacenado pensamientos, recuerdos, sensaciones, trabajos, canciones, deseos
de años anteriores, y quería que almacenara mi primer trabajo, relacionado con
el internet, de la universidad. Le pregunté al profesor si podía utilizarlo, en
el fondo lo único que esperaba era ese sí que me permitiría revivirlo... y lo
recibí. Estaba tan contenta, hasta que llegó el momento de abrirlo. El profesor
dio las indicaciones de cómo crear un blog, editarlo, crear entradas y
utilizarlo en general. Nos leyó unas entradas de otros blogs y nos mostró el
que creó el año pasado con los que actualmente están en segundo, además de
algunos blogs de ellos a modo de ejemplo.
Luego de escuchar las explicaciones, abrí mi preciado blog: estaba tal
cual lo había dejado la última vez. Aquí empezó el desafío: modificarlo y dejar
atrás lo que era yo hasta ese momento. Fue difícil, tal como estaba sentía que
me identificaba mucho, pero también debía cambiar. Es una etapa nueva, un
trabajo nuevo, pensamientos nuevos, debía transformarlo. Comencé con el fondo,
y en base a él, cambié los colores del texto, de los vínculos, del título, y
así fui cambiando paso a paso lo que me marcaba hasta ése entonces.
Sin embargo, hubo cosas que no
pude cambiar: algunos gadget y el título del blog. Las frases que tenía hasta
el día de hoy, siguen siendo parte de mí, y que mejor forma de personalizarlo
que dejando frases que me identifican. No borré las entradas anteriores ¿por
qué? porque ese blog es como un cuaderno al que no se le han acabado las
páginas. No importa cuánto tiempo pase entre una entrada y la otra, siempre servirá
para ver cómo he cambiado, cómo ha cambiado mi forma de escribir, de ser, de
pensar y manifestarme.
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